«Señor, ¿quién puede vivir en tu templo? ¿Quién puede habitar en tu santo monte? El que vive rectamente y practica la justicia, el que es sincero consigo mismo, el que no calumnia con la lengua, ni perjudica a sus amigos, ni procura el mal de su vecino; el que desprecia al que Dios desprecia, peroSigue leyendo "Firmes en nuestras convicciones de fe"